Arantxa Salaverria y su familia han vivido muy de cerca el zarpazo del COVID-19. Pocos días después de que comenzará el confinamiento, en un intervalo de apenas una semana, fallecieron tres familiares muy cercanos: su suegra y una tía y un tío de su marido.
En esos duros momentos, llenos de incertidumbre y marcados por la imposibilidad de comunicarse con sus parientes, ingresados en el área de aislamiento de Asunción Klinika, fue la humanidad, empatía y cercanía del personal del centro lo que dio algo de aliento a ella y su familia, en medio de tanta desazón. Desde la neumóloga Itxaso Sayago, siempre disponible para informar sobre el estado de los pacientes; pasando por todas y cada una de las enfermeras y enfermeros o telefonistas, que siempre atendieron con empatía y comprensión a la familia... Arantxa quiere dar las GRACIAS, con mayúscula, a todas esas personas que fueron más que profesionales y que dieron lo mejor de sí para ofrecer consuelo y cercanía a su familia en mitad de la pandemia.
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